“Despierto y siento la caída de la oscuridad, no el día”

Joan Didion

En diciembre 27 de 2016, la reconocida actriz Carrie Fisher falleció por complicaciones derivadas de un paro cardiaco; al día siguiente, su madre, la también famosa Debbie Reynolds sufrió una hemorragia cerebral y murió.

Así de sorpresivo fue también la muerte de Joe García, a causa de un ataque al corazón el 26 mayo de 2022. Su familia explicó que no soportó el dolor de perder a su esposa, la maestra Irma García, que dos días antes fuera víctima de los ataques en la Escuela Primaria Robb, de Uvalde, Texas.

El pasado 12 de enero de 2023, impresionó la muerte de Lisa Marie Presley, que falleció, según los medios, de un paro cardiaco -Tenía un corazón roto- dijo su madre durante su funeral, pues en 2020 habría sufrido por la muerte sorpresiva de su hijo de 27 años, y así se expresó en un artículo para la revista People.

La muerte repentina de un ser querido genera un estrés muy elevado y una sensación de irrealidad. Se activan mecanismos de defensa en el organismo para resistir un impacto tan fuerte y algunas personas no son capaces de expresar dolor o llanto inmediato. También ocurren sentimientos de culpa por lo que pudieron hacer a manera de prevención de la tragedia. De forma involuntaria, el duelo se evita o se retrasa, entonces se hace complejo y difícil de procesar.

Algunas personas comienzan a somatizar, es decir, el trastorno emocional genera síntomas orgánicos. En principio puede ser debilidad, dolor de cabeza, de hombros o espalda, ronchas en la piel o aparición de manchas. Después se puede presentar opresión en el pecho, cansancio excesivo, sensación de ahogo, hipersensibilidad a los ruidos, alucinaciones visuales y pesadillas. Estos síntomas también afectan a quienes han estado con pacientes que padecieron una prolongada enfermedad, pero que no podían aceptar la situación de deterioro de su ser querido en etapa terminal.

La medicina le ha nombrado duelo complicado, pues la sensación de incertidumbre impide a la persona que se encuentra en medio de este trance, atender a sus propias necesidades: pierde el apetito y el sueño, se desajusta y esto puede causar riesgo de contraer enfermedades cardiacas, padecimientos digestivos, adicciones e incluso cáncer.

El Psicólogo Víctor Hugo Bolaños, dice que la única manera de sanar el duelo es cruzando a través de él, y David Kessler dice que hay que vivirlo, así como las manadas de búfalos se adentran en las tormentas en lugar de huir de ellas, pues su instinto les dice que no se pueden evitar, aunque ello requiere una gran energía y emplean en ello toda su fortaleza.

¿Es posible prepararnos para un impacto tan inmenso como es la muerte de un ser querido? En muchos casos una pérdida genera otras consecutivas, las tragedias nunca vienen solas. Por eso te sugerimos estas #herramientas que puedan ayudarte a ti, o a un ser querido, en estas circunstancias.

1.   La pérdida del control, el llanto intenso, la frustración, la separación y el miedo, son sentimientos que debemos expresar; tal vez no les guste a las demás personas vernos mal, pero no hay una forma correcta de expresar el duelo. Lo malo es evitarlo.

2.   Desde hoy, pregunta cada día: ¿cómo estoy? Escanea tu cuerpo, detecta cualquier cambio, sobre todo si hay dolor, contracción o algo nuevo. Respira mientras haces este ejercicio y en cada exhalación libera la tensión.

3.   Cuida tu cuerpo, fortalécelo, lo vas a necesitar para atravesar las “tormentas”.

4.   Libera tu duelo, muévete, recuerda que las endorfinas alivian la ansiedad, aliméntate y contacta con la naturaleza, así podrás rencontrarte con los ciclos vitales.

5.   Recuerda que nada muere realmente, todo se transforma.

6.   Evita pensar en lo que hubieras hecho, nadie puede ver el futuro y, si volvieras a vivir ese momento, repetirías lo mismo, porque hiciste lo mejor que pudiste y tomaste la decisión pertinente.

7.   Desde la perspectiva del budismo, en esta entrega que forma parte de tres sesiones, el monje Geshe Dawa, nos enseña cómo prepararnos para el duelo al recurrir a nuestra espiritualidad o religión.

8.   Pedir ayuda, hacer terapia, acudir al médico para sanar y encontrar una comunidad que haya vivido lo mismo que tú, ayuda a verbalizar tus sentimientos y ordenar tus ideas. Así podrás atravesar por tu duelo con un buen apoyo.

9.   El tiempo no lo cura todo. Hay que atender nuestros sentimientos para no enfermar. Sin embargo, es verdad que nada dura para siempre.

Se dice que las personas que han atravesado por los duelos más terribles pierden el miedo, saben enfrentar la incertidumbre y su fortaleza es admirable. En Memorial San Ángel te acompañamos en tu proceso, y te recordamos que estamos contigo hasta el final.