Si desapareciera el sistema de discriminación,

desaparecería el sistema de género.

Francesca Gargallo.

La historia de las demandas por la igualdad y seguridad de las mujeres es larga y se refiere a muchos temas. Desde el 8 de marzo de 1875 cuando las mujeres trabajadoras dieron su vida en búsqueda de justicia laboral y salario igual al que percibían los hombres por la misma jornada laboral. En los siguientes años las demandas continuaron por mejorar las condiciones de trabajo de horarios excesivos sin ninguna seguridad social ni asistencia médica.

Los dueños de aquellas fábricas ordenaron la obstrucción de las salidas en las plantas de trabajo, se provocaron incendios para hacer desistir a las obreras y causaron la muerte de cientos de trabajadoras y al mismo tiempo fue el inicio de las manifestaciones de mujeres en todo el mundo para exigir los mismos derechos de los que gozaban los hombres.

Hasta finales de los años 70 se declara el 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer que hizo oficial la Organización de las Naciones Unidas y con ello se rescataba la memoria de aquellas obreras mártires de principios de siglo y surgió el movimiento feminista que comenzó a identificarse con la lucha de la clase trabajadora. Aunque en el ámbito social el feminismo se ha relacionado con las diversas ideologías políticas, moderadas o radicales como el anarquismo, artistas, escritoras, líderes religiosas y ahora se procura incluir a las comunidades de la diversidad de género que se identifican con las mujeres.

Hay que decir que las condiciones de trabajo eran también pésimas para los obreros hombres durante del siglo XX, por eso el movimiento de mujeres contribuyó en gran medida a transformar las condiciones de trabajo de todas las personas. Luego continuó para buscar el sufragio electoral en casi todos lo países y se otorgó a las mujeres hasta muy avanzado el siglo XX, sin embargo, la lucha por la igualdad salarial continua hasta nuestro siglo. Un ejemplo es la demanda de la Selección Femenil de Fútbol Soccer de los Estados Unidos, USWNT, por sus siglas en inglés, que en los últimos meses llegaron a un acuerdo para que a partir de 2022 obtengan los mismos sueldos que los seleccionados futbolistas hombres en competencias y torneos internacionales.

Desde 2020, las futbolistas habían mostrado un desempeño más competitivo que su contraparte masculina y habían demandado a las instituciones deportivas por “discriminación de género institucionalizada”. Ha sido un tema polémico la diferenciación genérica en ciertos deportes en donde se argumenta que la habilidad o superioridad de los hombres está en función de sus atributos físicos, fuerza y velocidad que se cuestionan hoy en día, sobre todo si esto sirve de argumento para reducir salarios a las mujeres o eliminar lo que se consideran privilegios como las licencias de maternidad.

Estas batallas obtenidas por las mujeres han tomado casi dos siglos y son derechos logrados para aquellas que viven en las ciudades y no es lo mismo para las mujeres del campo o de los pueblos originarios quienes además de sus desventajas económicas sufren la carencia de educación escolarizada, la racialización, la discriminación y algo que comparten con todas las mujeres de cualquier sector urbano o rural es la violencia machista de género.

Estas desigualdades deben hacerse visibles. En México, la violencia ejercida por hombres de su familia o ajenos a ella por razones de género sumaron 1,004 asesinatos en 2021, eso representa un 2.66% más que en 2020. Durante la manifestaciones y marchas de los diversos movimientos de mujeres que ocurren durante el mes de marzo en todo el mundo ocurren enérgicas protestas; se pintan paredes, se rompen ventanas y se intervienen monumentos históricos, son considerados actos de protesta que pretenden hacer un llamado a la población sobre la magnitud de la violencia que convierte en víctimas a todas esas mujeres y la ausencia de justicia para resolver sus demandas.

No estamos a favor de la violencia, pero no podemos cerrar los ojos frente a la injusticia. Creemos que los grandes movimientos sociales positivos comienzan por pequeñas acciones y en este caso, promover la unidad de las mujeres de todos los ámbitos con verdadera empatía y respeto por las diferencias. Empezar por las mujeres de nuestra familia, las casadas, las solteras o divorciadas. La que se encuentran en duelo. Las que prefieren estar solas o acompañadas por otras mujeres. Las proveedoras únicas, ofrecerles ayuda. Amor a las adultas mayores y a las jóvenes garantizarles seguridad y apoyarlas para alcanzar sus propósitos.

Y continuar con todas las demás. Las que son madres y combinan una gran cantidad de actividades y necesitan a otras mujeres que les ayuden en las labores diarias y el trabajo remunerado. Las sexoservidoras. Las mujeres con capacidades diferentes. Las que no son madres por cualquier razón, merecen no ser juzgadas y deben ser respetadas. Las que sufren discriminación y también empezar a dejar de lado que ser mujer es solo por la genitalidad, se puede optar por ser mujer y merecer todos los derechos. Todas estas razones constituyen el espíritu con el que nació el Día Internacional de la Mujer y debe prevalecer todos los días.

En Memorial San Ángel, recordamos con profundo pesar a todas aquellas mujeres que han perdido la vida, víctimas de la violencia y nos unimos a los movimientos sociales que puedan mejorar el tejido social. Los males que hoy nos aquejan, podemos transformarlos si eliminamos los prejuicios y elevamos los valores de amor y respeto por toda la humanidad, así te recordamos que estamos contigo hasta el final.