Corro por las sombras en estos años dorados.

David Bowie, Golden Years, 1976

Es una expresión para referirse a los artistas que fallecieron a la edad de 27 años. Una coincidencia que llamó la atención de los medios de comunicación cuando murieron varios músicos entre ellos: Janis Joplin, Jimi Hendrix, Brian Jones y Jim Morrison, entre 1969 y 1971. Además de la edad, se relacionan con un estilo de vida riesgoso, el abuso de sustancias y el suicidio.

El primer artista con estos antecedentes fue Robert Johnson, un virtuoso guitarrista de la música de blues, activo en 1937 y que se considera la principal influencia de los músicos de rock and roll. Johnson, vivió en el sur de los Estados Unidos, una región donde existía la violencia en contra de las personas afrodescendientes lo cual se reflejaba en sus composiciones.

El blues estaba prohibido por la iglesia, porque se creía que fomentaba la distracción del trabajo, la vida nocturna y el consumo excesivo de alcohol en los bares donde se presentaban los músicos de este género.

Robert Johnson contó a sus conocidos que había aprendido a tocar de ese modo porque el diablo se le apareció una noche en la encrucijada de una carretera y fue su maestro. Desde entonces se creó la leyenda de que el blues y su sucesor el rock and roll, eran música “diabólica” y fomentaba la perdición de los jóvenes.

Al morir Robert Johnson, sus biógrafos contaron que su vida estuvo llena de tragedias, abandono familiar, discriminación y maltrato. La música se convirtió en su única satisfacción, practicaba constantemente y creó melodías innovadoras que todavía influyen en la música actual.

Brian Jones, creador de la banda The Rolling Stones, fue un gran admirador de Robert Johnson y un virtuoso también. Decía que todo gran músico debía “vender el alma al diablo” para ser grandioso. La sociedad se enfocó en estas palabras y según él, mucha gente no comprendía las transformaciones que la música presentaba a mediados del siglo pasado.

Los mensajes rebeldes de la música juvenil, nunca podrían compararse con las guerras de invasión, la represión estudiantil, la persecución discriminatoria a grupos sociales diversos o los asesinatos a los políticos que ocurrieron en los años 60, ahí estaba la verdadera maldad. Mientras tanto, la popularidad de estos músicos crecía debido a su promoción en los medios de comunicación y se creía que el rock and roll era la causa de la decadencia mundial y no la crítica de esta.

El mundo se sorprendía de los aspectos de aquellos músicos, su forma de vestir, cabellos largos, movimientos provocativos en los escenarios, fuera del rigor de la época y al mismo tiempo poseían un gran carisma que encantaba a sus seguidores.

Los actuales especialistas en salud mental los han estudiado y encontraron infancias en las que hubo maltrato, debido a condiciones de la personalidad que hoy se reconocen como trastorno de déficit de atención, hiperactividad, habilidades sociales deficientes o espectro autista. También encontraron antecedentes de educación disfuncional, acoso escolar o “bullying”. En aquellos años los padres no podían comprender lo que pasaba a sus hijos y los castigaban con dureza. Era común que les recetaran tranquilizantes para tratar estas condiciones, que pudieron ser el origen de sus adicciones posteriores a sustancias más complejas.

Las adicciones fueron un factor definitivo en la muerte repentina de muchos jóvenes a causa de la sobredosis. Para los artistas fue muy difícil manejar la fama, el dinero, la atención continúa y permanente a su alrededor. El uso y mezcla de cocaína, mariguana, heroina y alcohol en exceso, dietas estrictas o deficientes, el encierro y poco ejercicio físico, los llevaron a conductas extremas o crisis emocionales. El abuso de las sustancias agresivas para el organismo, también causan paranoia, ansiedad, depresión, episodios de confusión de la realidad y alucinaciones.

Por otra parte, se han estudiado las mentes brillantes de aquellos músicos que pudieron tener en un estimado de 120 a 140 puntos de coeficiente intelectual, debido a la complejidad de sus canciones, armonías innovadoras, habilidades para transformar la melodía, la ejecución de los instrumentos y sus creaciones originales, en tanto que el promedio de la población general es de 90 a 100.  

Los mensajes que sugieren muchas letras de canciones, revelan una profunda observación del entorno, premoniciones sobre la muerte y complejidad de pensamiento. Su actitud era nihilista, es decir, negaban todo principio moral, religioso, político y social. En su canción The End, Jim Morrison dice: “el futuro es incierto, pero el final está cerca”.

La estadística sobre el fallecimiento de músicos a los 27 ha cuestionado la existencia de este club, aunque es verdad que los músicos jóvenes poseen un índice de mortalidad superior al resto de la población, por el estilo de vida de algunos y existió un leve incremento de la mortalidad en las personas de 25-35 años a mediados del siglo pasado. Las historias sobre este club, se fueron desvaneciendo a través del tiempo hasta que en los albores del siglo XXI ocurrieron otras muertes de importantes músicos a la misma edad y la idea de la existencia del club se recreó.

Y como un fenómeno que acompaña a las juventudes desde la época de los años 60, más nombres se han agregado al funesto club. El movimiento musical llamado grunge, fue reconocido por su precursor Kurt Cobain creador de la banda Nirvana. En sus canciones mostró mensajes de indiferencia ante el entorno, decepción y algunos analistas dicen que anunció su propia muerte prematura. Cobain murió por suicidio y tenía el antecedente de varios familiares con depresión que se suicidaron también. Años después la talentosa cantante Amy Winehouse también sufría depresión y murió por sobredosis de sustancias, cuando tenía 27 años, lo mismo que la extraordinaria artista Janis Joplin en 1970.

La madre de Kurt Cobain declaró a la prensa: “ahora se ha ido y se unió a ese estúpido club”, ella no se refería al club de los 27, sino al “club de los suicidas de la familia” como le llamaban irónicamente. Se creía había elegido morir a los 27 años para integrarse al club, pero tristemente su caso pertenece a la real estadística de las 30 000 personas de diversas edades que murieron por suicidio en 1994 en los Estados Unidos.

Según Walli Elmlark, una escritora y amiga espiritual que tuvo una real empatía con varios músicos de mediados del siglo XX, decía que aquellos artistas pudieron ser presencias celestiales provenientes de otros mundos, por su gran talento y creatividad. Esta mística ayudó a varios artistas a tratar sus adicciones, pero a pesar de su amor no podía contener todas cuestiones emocionales que les aquejaban desde la infancia. Es una tragedia que nadie parecía cuidar a los artistas pesar de estar rodeados de gente, murieron muy solos y abandonados por sus seres queridos.

Es tan sonado este grupo de músicos talentosos que pierden la vida a los 27, que desde que la cantante de Rehab comenzó con sus tristes episodios de disfuncionalidad a causa de sus adicciones, que en varios sitios de quinielas se apostaba si ella iba a formar parte del club.

Muchos grandes músicos han sobrevivido y hoy son veteranos que siguen lamentando la pérdida de aquellos grandes talentos. La sociedad no puede esperar a que reviva la leyenda del club de los 27 con otra generación de jóvenes fallecidos por causas funestas. Hoy sabemos más sobre las adicciones y su tratamiento,  entendemos la importancia de la salud mental, de las emociones, de la ansiedad y la depresión.

Sabemos que los jóvenes son los agentes del cambio, así que las personas adultas debemos crear ambientes saludables, seguirlos en sus inquietudes, contenerlos y apoyar sus sueños. Todas las personas en algún momento llegamos a una encrucijada y tenemos que decidir que camino seguir y cuánto podemos sacrificar para alcanzar el crecimiento personal o la grandeza. En Memorial San Ángel, estamos contigo hasta el final.