La muerte es todo esto y más que nos circunda,

y nos une y separa alternativamente,

que nos deja confusos, atónitos, suspensos,

como una herida que no mana sangre.

Xavier Villaurrutia. Nostalgia de la muerte (1938)

Un domingo por la mañana el tío de Antonio Armonía falleció después de una larga agonía. La familia vivió momentos de angustia al no poder pagar los altos gastos del sepelio en una famosa agencia funeraria en la Ciudad de México, entonces abrieron el directorio telefónico para buscar un servicio disponible, así encontraron una funeraria chiquita y económica. La familia comentaba que fue una de las peores cosas que pudo ocurrirles, pues además de la gran pena ante la muerte de su ser querido, el hecho de que fuera en domingo y nadie pudiera atenderlos y de no disponer de recursos para pagar gastos elevados de último momento, diferentes de los que se pagan en días hábiles, fue una verdadera pesadilla. 

Esta historia real, inspiró al cineasta Daniel Gruener, que junto con el también guionista de cine Antonio Armonía, realizaron una película inspirada en su experiencia. En 2006 se estrenó con el título: Morirse en domingo. Ambos creadores desarrollaron el tema y agregaron otros aspectos interesantes. Uno de ellos es la relación de los mexicanos con la muerte que a decir de la crítica de cine Fernanda Solórzano (@f_solorzano); en nuestro país reírse de la muerte es un falso lugar común, es una obsesión y hacemos caricatura en un intento de burlar el horror que nos causa.

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La película expone con ironía y crudeza a lo que tendríamos que enfrentarnos en caso de no tener un plan de previsión funeraria. Cuenta la historia de Carlos, un adolescente tímido, inmaduro y poco apreciado por sus padres. Un día se ve comprometido en una situación muy difícil, cuando su tío fallece un domingo por la mañana. En México, suele ser un día de absoluto descanso y la familia no encuentra en toda la ciudad un servicio funerario disponible, hasta que da con un lugar ubicado en una colonia lejana y peligrosa. Nadie en la familia duda de un lugar cuyo nombre es “El corazón de Jesús” y contratan sus servicios.

El padre de Carlos le encarga realizar el trámite hasta verificar la incineración del cuerpo de su tío. Durante este proceso se conoce que la funeraria tiene un negocio secundario que consiste en el tráfico de cuerpos con las escuelas de medicina y con una agencia forense del gobierno. La película hace una crítica al negocio de la muerte, desde la especulación en la oferta de los servicios funerarios y su relación con un un sistema de corrupción que supuestamente ocurre en México.

El humor negro fue un recurso interesante del cineasta para contar la historia que nos hace imaginar la complejidad de vivir una situación parecida. Las penurias de Carlos son infinitas, además de verse engañado y obligado a realizar una encomienda de gran responsabilidad, el dueño de la funeraria lo convence para no permanecer durante la incineración de su tío, así podrá vender el cadáver a escondidas. Cuando Carlos descubre el delito, se ve en problemas para explicar a su padre toda esta situación, mientras trata de recuperar el cuerpo de su tío.

Si la familia de Carlos hubiera tenido un plan de previsión funeraria, muchos problemas se hubieran evitado. Imaginemos que la familia se anticipó a la muerte del tío y tuvo tiempo de recibir asesorías en una o varias funerarias, así pudo constatar cuál lugar era de su agrado. Una institución seria, profesional, que trabaja todos los días del año, donde le ofrecieron realizar los trámites, certificaciones y un plan de pagos de acuerdo con su economía, que dudosamente estaría vinculado a redes de corrupción.

Otro aspecto interesante que aparece en la cinta es la compleja relación de Carlos con su padre, porque la comunicación es escasa, la confianza del padre al hijo no existe y parece no conocerlo ni aceptarlo por quien es en realidad sino por lo que se espera de él. La película sugiere que Carlos tuvo una relación más estrecha con su tío difunto. Se propone que la comunicación debe prevalecer en las familias, sobre todo para enfrentar los problemas y las situaciones difíciles que son inevitables como la muerte de un ser querido. El director de la película ha comentado en una entrevista en 2007: “todos traemos una agenda personal donde escondemos pequeñas mentiras, que en su conjunto crean nuestra realidad: la sobrevivencia diaria”. En la película los personajes acarrean problemas que se convierten en una crisis familiar durante el duelo.

Los cárteles que anuncian la película citan una frase del escritor Gabriel García Márquez: “uno no se muere cuando debe sino cuando puede”, lo cual es cierto, por desgracia el evento de un fallecimiento es imprevisible, pero no así las herramientas con las que podemos contar para asumir una situación tan dolorosa, para no caer en manos de personas que burlan la ley y pretendan lucrar con el dolor de una familia que ante la muerte no puede tomar las mejores decisiones en medio del agobio.

La película Morirse en domingo (2006), es un buen motivo para reflexionar sobre la previsión, además creemos que es muy entretenida y a pesar del tema oscuro que aborda, está realizada con buenas actuaciones, cuidadosa fotografía en colores y presenta el tópico del amor de diversas maneras. Ya hemos comentado en otros artículos que la prevención en un legado de amor a nuestros seres queridos.

El cine, además de una forma de diversión, ha sido un medio para la expansión de las ideas, por eso lo proponemos hoy. Cerca del final de la película la voz de un locutor dice: “cuando vaya a enterrar a su difunto, no es mala idea que lo acompañe hasta la tumba”, así también en Memorial San Ángel, te recordamos que contamos con asesores disponibles en temas de previsión y estamos los 365 días del año, contigo hasta el final.

*Nunca en domingo es el título de una película de Grecia, dirigida por Jules Dassin en 1960, sobre un tema diferente pero cuyo título es pertinente para este artículo.